Ramón Salaverría: “La prensa escrita es sabor y textura frente a la IA y su pasteurización”

Ramón Salaverría (Burgos, 1970) es catedrático de Periodismo en la Universidad de Navarra y Miembro de la Academia Europea (MAE). Autor de más de 300 publicaciones académicas, sus investigaciones se centran en el periodismo digital y la desinformación. Es experto del Consejo de Europa en sostenibilidad de los medios periodísticos e investigador principal de Iberifier, observatorio ibérico de medios digitales financiado por la Comisión Europea.

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Ramón Salaverría, experto en comunicación y digitalización de los medios
Ramón Salaverría, experto en comunicación y digitalización de los medios | La Región

Hasta “125 términos sobre desinformación” ha referenciado Salaverría en su útlima publicación con el objetivo de comprender este fenómeno. Como en el buen periodismo, poner la palabra adecuada a cada realidad es un buen comienzo. Los deepfakes, los arenques podridos, los globos sonda, la posverdad, la recolección de cerezas... Nada nuevo, pero no todo es lo mismo. Una definición precisa y rigurosa de cada tipo de ataque a la información facilita su detección y resolución y el periodismo de provincias es una buena escuela de resistencia desde la que hacer frente a la actual crisis de credibilidad de los medios.

LAS FRASES DE SALAVERRÍA

“La prensa local tiene una mala salud de hierro”

“Se habla mucho de fake news, pero habría que hablar de fake media”

“Se habla mucho de fake news, pero habría que hablar de fake media”

Pregunta.Los medios periodísticos digitales disputan una batalla diaria para captar la atención del lector frente a unos contrincantes con otras reglas y menos límites, ¿el lector lo sabe?

Respuesta.Las cabeceras periodísticas con una larga trayectoria editorial, como es La Región y Atlántico, tienen incuestionalmente un valor reconocido por el público, el de la credibilidad y su marca. Algo que ha traído internet ha sido la multiplicación de fuentes informativas a las que no resulta fácil atribuir un grado de credibilidad. Estar auspiciado por una marca con la que el ciudadano viene interactuando y consumiendo informativamente desde largo tiempo atrás, da un respaldo.

P. No todos los medios son lo mismo, ¿cómo se destaca entre tantos digitales?

R.Es bueno recurrir a los datos. España ronda los 3.000 medios digitales activos, lo que significa que hay una cabecera digital por cada 15 españoles mayores de 14 años. También es verdad que hay una gran diferencia entre los medios de referencia, un 5%, y los medios, digamos, secundarios, que sería el 95% restante. Los que son referente en su territorio, como La Región, tienen una presencia indiscutible y se sitúan a medio camino entre los que están en la élite periodística y el resto.

P.¿Hay que romper o hay que transicionar hacia un medio digital cuando se nace de un periódico con más de un siglo de historia?

R.Que el medio informativo de mayor reputación digital, como puede ser el New York Times, utilice la letra gótica de su cabecera clásica del siglo XIX para encabezar el medio periodístico digital más vanguardista, no es casualidad. Han querido trasladar al mundo digital una serie de atributos que se asociaban a un periódico de larga trayectoria y ese valor solo lo tienen los que proceden de un recorrido anterior a internet.

P. laregion.es ha cambiado recientemente su diseño y tipografía, marcando más su vínculo con el periódico…

R.Es fundamental convertirse en un clásico en lugar de en un anticuado. En el mundo anglosajón y germano es bastante común mantener ese vínculo con la marca del papel. Buscan ese clasicismo. Cuando uno consigue esa distinción entre lo clásico y lo anticuado es cuando va por el buen camino.

P. Últimamente IA son las dos letras más pronunciadas del abecedario, ¿cómo se mantiene el rumbo ante estos saltos tecnológicos?

R.Se consigue con coherencia, que no significa repetir los contenidos o mantener el mismo lenguaje que en el periódico, sino coherencia con los valores, con la voz y los principios. Ciertos medios, en su traslado del mundo analógico al digital, se han comportado como una especie de Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Eso desconcierta al lector.

P. La inteligencia artificial aún no se lo sabe todo. ¿Los medios locales aguantan el pulso?

R.Absolutamente. La tarta publicitaria y la demográfica es limitada, pero proteger ese localismo es fundamental porque garantiza la originalidad del contenido. Uno de los impactos que genera ya la inteligencia artificial es una cierta pasteurización del contenido, una homogeneización, una pérdida de sabor y textura. Ese periodismo artesano con sabor propio es uno de los valores que el periodismo local debe explotar, frente a un contexto donde da lo mismo leer un contenido de un medio editado en Buenos Aires, que otro editado en Barcelona o incluso en alguna capital de Galicia. Hay que preservar esa originalidad.

P. El mejor oficio del mundo, como decía García Márquez, se ha puesto en manos de los gigantes tecnológicos, de sus buscadores y de la generación de contenidos sintéticos, ¿qué modelo fomenta un periodismo sostenible?

R.Es evidente que este asunto no está resuelto. Cada medio debe entender bien a su público, a sus anunciantes e ir afinando. La apuesta por la diversificación es evidente, porque ese modelo, donde el 60% de los ingresos venían de la publicidad y el 40% de la venta al número y de las suscripciones, ha terminado. Hace falta girar hacia contenidos patrocinados, la explotación monetaria de los datos y la organización de eventos o patrocinios. Por otro lado, la idea de no pagar por información periodística de calidad ya se ha roto.

P. Se ha disparado el intrusismo y a los bulos y la desinformación se suma la apertura de seudomedios, ¿son una amenaza para el ciudadano?

R.Se habla mucho de fake news, pero habría que referirse más de fake media, porque parece que a única falsificación es de noticias, pero hay muchas plataformas donde hay personalidades, empresas, partidos o políticos que pretenden tener una voz y para eso crean un medio. Esa especie de falsificación de la naturaleza periodística es incluso más grave que la propia falsificación de una noticia, porque lo que oculta son los intereses que se asocian a una voz. Necesitamos pluralismo y soy un firme defensor de la libertad de información, pero también de la transparencia, para que el público sepa exactamente cuáles son las claves interpretativas de ese medio.

P. ¿Seguirá siendo clave para el ciudadano y para nuestra sociedad la información más cercana?

R.El periodismo local está acostumbrado a sobrevivir en circunstancias poco fáciles. Es endémico. La aparición de la red, que ahora cumple 30 años, ha cambiado radicalmente las reglas multiplicando el número de competidores, las formas de información y los tiempos de consumo. Pero yo trabajé como periodista en un momento en el que no había medios digitales y los discursos eran parecidos a los actuales: las dificultades, las limitaciones, el declive… Lo cierto es que 30 años después estos periódicos, radios o televisiones siguen funcionando. Algunos desaparecen, pero la prensa local tiene una mala salud de hierro.

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