El PKK se retira hacia Irak en un nuevo avance de paz
La cúpula kurda califica esta medida como un “paso significativo de trascendencia histórica”
            El Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) anunció la retirada de todos sus combatientes de Turquía, como parte del proceso de paz iniciado con el Estado turco, tras anunciar en mayo su disolución y el fin de 40 años de lucha. Los guerrilleros se reubicarán probablemente en el noroeste de Irak, alejándose de las zonas de conflicto en el sureste de Turquía. En una rueda de prensa en el norte de Irak, con imágenes de su histórico líder encarcelado Abdulá Ocalan, la cúpula del PKK calificó la medida como un “paso significativo de trascendencia histórica” para avanzar hacia una “sociedad de paz y democrática” y subrayó su compromiso de respetar los acuerdos alcanzados.
El gobierno turco recibió la noticia positivamente. Omer Celik, portavoz del partido Justicia y Desarrollo, destacó que la retirada representa un avance hacia la “Turquía libre de terrorismo”, según el presidente Recep Tayyip Erdogan. Celik añadió que ahora corresponde avanzar en el proceso de desarme y disolución del grupo para garantizar el cumplimiento de los objetivos pactados. Turquía, que considera al PKK una organización terrorista, ha creado una comisión parlamentaria que prepara las bases jurídicas del acuerdo de paz y se espera una nueva reunión del comité mediador con el presidente turco.
El proceso de negociaciones entre Turquía y el PKK se había iniciado en 2013, pero se rompió en 2015, lo que derivó en un recrudecimiento de los enfrentamientos en las zonas de mayoría kurda. Si bien el PKK fundó su movimiento reclamando un Estado kurdo independiente, actualmente su demanda se centra en una mayor autonomía dentro de las regiones kurdas, que se extienden también por Siria, Irak e Irán. El grupo ha manifestado además su intención de cooperar con las autoridades locales para garantizar la seguridad durante la reubicación de sus combatientes.
Por su parte, las autoridades iraquíes reaccionaron con cautela y preocupación ante el desplazamiento de los combatientes del PKK hacia su territorio. La Comisión de Relaciones Exteriores del Parlamento de Irak advirtió que la retirada podría representar una amenaza para la seguridad nacional y desencadenar conflictos regionales. Mujtar al Musaui, miembro de la comisión, anunció que consultará al Gobierno sobre la información recibida y las medidas para limitar posibles impactos. La presencia del PKK en las montañas iraquíes de Qandil fue una fuente constante de tensión con Turquía, que mantiene ataques transfronterizos y extendió sus operaciones militares tres años más.
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