Mario Galán se va discretamente

El doctor vivió ayer su último partido en un banquillo y en la semana entrante cerrará tres décadas de aportación al club como una persona clave en el día a día

Mario Galán ocupó ayer por última vez un banquillo del Celta, labor que ha ejercido durante las tres últimas décadas.
Mario Galán ocupó ayer por última vez un banquillo del Celta, labor que ha ejercido durante las tres últimas décadas. | J.V.Landín

Hay homenajes muy sonoros, porque deben ser así. Como el del pasado jueves a Iago Aspas en Balaídos. Y lo hay mucho más íntimos pero no menos sentidos, como el que le ofrecieron ayer los jugadores del filial celeste a su médico, Mario Galán, manteándolo al final del derbi contra el Racing de Ferrol en el que fue el último de un sinfín de encuentros en un banquillo celeste. Se trata de, quizás, un desconocido para los no iniciados en el día a día del club pero que esta semana llegará a su jubilación tras haber pasado los últimos 29 años, de forma oficial, trabajando en el Celta. Si la sombra del ciprés el alargada, la del alargado galeno celeste lo es mucho más.

Llegó al club de la mejor mano posible en tareas médicas, las del doctor Genaro Borrás, con el que ya compartía labores en su clínica de traumatología en Montero Ríos. Siempre cercano a los jugadores y lejano a los focos, fue desempeñando diferentes funciones dentro del cuerpo médico, de inicio en el primer equipo pero siempre con un ojo en la base, a la que dedicó sus quehaceres en los últimos años, con lo que se alejó todavía más de las fotos. Y, obviamente, forma parte de la clínica del Celta desde su puesta en marcha.

De la mano del muy recordado Genaro Borrás, llegó al club de manera oficial en 1996; y hasta ahora

Su delgada figura fue habitual en los campos de España y de Europa, pero también en los de Segunda B y Primera Federación. Afable, ha sabido amoldarse al paso de varias generaciones en sus tres décadas de ejercicio en el club. Y el manteo de ayer proclama que deja muchos pacientes agradecidos en el fútbol. Y fuera de él. Aún le restan unos días para que se concrete su jubilación y el club tiene muy en cuenta lo trascendente de cuidar figuras como la suya, por lo que, mal que le pese, tendrá que aceptar algún que otro homenaje en las próximas semanas. De momento, ayer tuvo un adelantro, con el gesto de la plantilla y el cuerpo ténico del filial y con el reconocimiento, en forma de pancarta, de parte de la afición. “Gracias sempre, doctor Galán”, se podía leer. Discreta pero efectiva, como el protagonista al que menta y que ha sanado al Celta 29 años.

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