Aidoo no estaba de parranda

"Y no estaba muerto, no, no. Y no estababa muerto no, no. Estaba de parranda", recoge la letra de la canción, pero resulta que Joseph Aidoo no pasó ni por un estado ni por el otro, pese a que, por momentos, pudo parecerlo por su desaparición involuntaria de los partidos. Ayer, salió como titular ante Osasuna y, pese a acercarse a un muerto -en términos futbolísticos- en los últimos meses, no lo estaba. Y, aunque su marginación de las listas de convocados podría indicar que se debía a la mala forma -parranda-, resulta que tampoco. Aidoo no estaba ni muerto ni de parranda, estaba para jugar y lo demostró.

No aparecía como titular en un partido de Primera con el Celta desde el 2 de noviembre de 2023, antes de su lesión en el tendón de Aquiles. Por lo tanto, volvió a partir de inicio dos años y 24 días después. Por medio, jugó tres enfrentamientos con el equipo vigués la pasada campaña. Dos goleadas en Copa del Rey en las primeras eliminatorias y un minuto contra el Valladolid en la quinta jornada. Después, salió cedido al equipo pucelano en el que sí jugó más. Estuvo en el campo ocho encuentros, seis como titular y cuatro completos. El último, el pasado 24 de mayo. Desde ahí, la nada porque el central permaneció con el cartel de descarte todo el verano, invitado a salir y sin tiempo ni en los amistosos. No está inscrito en la Europa League y comenzó en la última semana a entrar en convocatorias hasta que ayer, contra pronóstico, salió en el equipo titular. No había tenido minutos; ni segundos, en este curso.

Y demostró que de parranda no se encontraba porque el ghanés realizó un partido plagado de actividad, de ritmo, de pelea, con unos cuantos errores y multitud de aciertos en una tarde en la que había que pelear con Budimir, una lucha que siempre es incómoda para cualquier oponente. Claudio Giráldez lo situó en la posición de libre para resguardar la espalda de Marcos Alonso y Manu Fernández y pelear una y otra vez con el delantro centro local. Ambas cosas las hizo con más aciertos que errores.

El listado de intervenciones de Aidoo resultó notable en una día con mucha actividad defensiva. Lideró la estadística de despejes del Celta con una docena y robó hasta seis balones. Con el esférico, apenas se complicó para contabilizar cuatro pérdidas. Aunque, más allá de los números globales, en lo cualitativo pareció ser el único zaguero del equipo vigués con capacidad para disputar duelos y ganárselos a Budimir. Lo hizo durante todo el encuentro con muchas victorias porque sacó varios balones claros y, entre los cortes, realizó hasta tres de último hombre cuando el esférico estaba a punto de ser enganchado por el delantero. Uno de ellos, en el área pequeña cuando la posición la tenía el local. Fue tan al límite que cometió un par de ‘medios penaltis’. Le pitaron uno. Aidoo, ni muerto ni de parranda.